Pensamientos a mitad de Agosto

He de admitir que muchas veces encuentro placer en hacer montón de cosas sola, como por ejemplo caminar, ver una película, escuchar música a todo volumen y bailar sin vergüenza alguna, observar el cielo, ¡Comer! ¡Cantar! Porque ciertamente todos tenemos algunas actividades que nos encanta disfrutar por nuestra cuenta, sin embargo -no sé si te ha pasado- a veces estoy disfrutando de algo sola y repentinamente me asalta la duda de cómo sería compartir ese momento con alguien más. Es decir, ¿seguiría siendo tan placentero? Con la presencia de este otro ser (o seres) ¿Cambiaría por completo la actividad? ¿o resultaría algo nuevo? como si se tratara de una especie de mezcla o choque de dos mundos. 


Recuerdo, ahora mismo que escribo todo esto, momentos puntuales en los que acompañada he hecho las mismas actividades que suelo hacer sola y... ha sido totalmente transformador e incluso me atrevería a llamar aquellos momentos como transcendentales. Momentos en los que deseaba quizás aferrarme a mi placer solitario y de algún u otro modo la vida me insistió en desprenderme de mi orgullo y compartir, permitiéndole a estos instantes dejar huella en mi, marcando una diferencia, creando un recuerdo en el cual afortunadamente ahora que me encuentro bastante sola, puedo hallar consuelo y refugio. Al final, yo creo que más allá del qué, o por qué, en realidad se trata del ✨ quién ✨ es ese otro ser que irrumpe en nuestra rutina y nos revoluciona etapas, temporadas, días de nuestras vidas...


Y pues, ya está, esta ha sido la entrada de hoy, espero escribir más a menudo ya que no quiero fallarme en mi compromiso de escribir nuevamente en este espacio jeje bye 





Comentarios

Entradas populares